SOBRE HUERTOS...Me ha parecido descubrir en esos recintos minúsculos los signos de una felicidad que suscita mi estima. Es una felicidad que no procede de la comodidad, del éxito, sino de la capacidad de saborear los placeres sencillos, de armonizarse con ellos y, a menudo, de inventarlos. No la obtienen de los otros. Seguramente la comparten con sus amigos, con sus primos, pero sospecho que poseen la virtud de complacerse en ella a solas, con la única compañía de su huerto. Les imagino hablándole, pidiéndole que les perdone por llegar tarde, a veces refunfuñando contra él por qué no pone de su parte. Piere Sansot, DEL BUEN USO DE LA LENTITUD
Hay que ser un valiente para
estar en silencio tan cerca de la tierra, del sustento, del crecimiento del
alimento, de la vida. Ayuda a cultivar la paciencia con uno mismo y con los
tempos que cada uno de los nutrientes necesita. Ensuciarse las manos para
limpiar la mente, ponerla en pausa, ser parte del escenario, parte importante
pero no dominante.
No es necesario esperar a jubilarse
para cultivar la paciencia Y disfrutar del silencio de un huerto. Deberíamos
introducir dicho arte en nuestras vidas, a poquito, al ritmo que nos marque la
tierra.
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